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jueves, 3 de enero de 2013

Nuevo

Es nuevo esto de la ausencia confirmada y sabida. Bien pensada, analizada a detalle y deshecha hasta lo mas profundo.

Si, -lo pensé muy bien-, tal como dijiste, pero la realidad es que lo he venido pensando desde el día aquel en que nos reencontramos. Siempre lo supe, y bien distinto era no quererlo confirmar, no querer sacarlo del cerebelo para ponermelo en la boca con ese punto final.

Y así pasaron alrededor de diecisiete meses en los que puse todo mi empeño en no desintegrar todo lo que hubo y lo que hay. Tomaba decisiones a medias, sin ganas, sin ese atrevimiento total que se desprende de la lengua cuando te sale ese "ya llegó el final" radical y absoluto.

Ese que es como el último cigarro que me fumé una vez. Ese que me atacó un lunes caminando por el centro de mi ciudad un anoche de lunes dando taconazos seguros y absolutos en el que decidí que ya no quería vivir esa vida que vivía hace ya mas de tres años y del que nunca me he arrepentido por un segundo.

Y se me acomoda un dolor pacífico que sacudo dulcemente con un plumero rosa para voltear la cara de todos los espacios que tienen tu recuerdo mientras me instalo una sonrisa en la boca que pronuncia tu nombre en silencio.

Porque dentro de poco, solo nos quedará el nombre del otro en los labios, tragándonoslo en las noches para dormir sin soñarnos nunca mas.

Pero...

Tu lo sabías, siempre lo supiste, al igual que yo. Y ahora, no nos queda mas que tener nuestros nombres sostenidos en el recuerdo de la punta de nuestras lenguas en el último beso que nos dimos.

Tu en mi sonrisa