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lunes, 30 de julio de 2012

Para escapar

Para escapar de ti, trato de tararear todas esas canciones que me cantaste. Como mantra repito pedazos de una y de otra recordando y sintiendo esa que bailamos una vez. O dos o tres, como preludio a lo que recuerdo era nuestro amor.

Trato de evaporar las lágrimas que te lloro sin cesar todo un domingo de tanta nostalgia de ti. De tanto dolor en el corazón que se me parte en pedacitos esperando sea el presagio de un nuevo corazón que esté por llegar por paquetería en cualquier instante.

Para escapar de ti, me escondo de todos los rincones de la casa, porque todos te contienen fuertemente atados. Todos tienen un respiro de ti o una sonrisa. Tienen un llamado sin respuesta, tienen una pisada o un leve olor a ti.

Me escapo de ti atragantándome de palabras en lo que parece ser una competencia agonizante contra reloj. Que si no las digo ahora, habrá un nunca después en el que jamás las escucharás.


Parecería que hoy domingo, aunque ya se llame lunes, el último de mes, no tendré oportunidad de decirte nunca mas todo lo que te entregué el día que te dije que empezaba a caer perdidamente enamorada de ti.

Para escapar de ti, no me queda mas opción que dejar de caminar insomne por nuestros recuerdos. Dejar de buscarte por las calles, dejar de besarte cada noche, mientras le pido a un Dios que no conozco que me de el croquis para salir de tu laberinto, pero que se quede contigo para siempre.

Que ese Dios te diga que...

Hay muchas cosas que olvido decirte ahorita, y que en los insomnios por venir iré recordando. O en los sueños en que te me aparezcas te diré..."¿sabes que hice hoy que me recordó a ti?, o ...¿sabes que hoy pasé por ese lugar donde estuvimos y me senté en la misma mesa?, o ¿Recuerdas el vestido que te gusta?, pues me lo puse hoy"

Para escapar de ti, me tengo que dejar fotografiar el alma por las estrellas. Tendré que desdibujarme los recuerdos del futuro que nunca tuvimos juntos. Tendré que voltear a la izquierda cuando tu recuerdo se me aparezca por la derecha...

Para escaparme, tendré que nadar contra corriente hacia esa isla que se parece a ti. Tendré que ahogarme en el recuerdo de tu "dejarme ir" dentro de tu aparente lucha contra un vacío lleno de fantasmas. 

Para escapar de ti, tengo que encontrarme en mi, sin ti.

El problema, el grave problema...

Es que no quiero escapar de ti...

El problema, es que no encuentro vida sin ti, y la solución, no existe sin ti.

sábado, 28 de julio de 2012

Y

Y los días pasan, van rodando lentos, las lluvias dejan de mojar, el sol calienta a ratos, y la vida sigue.

Y parece que la costumbre toma vuelo.

Y tal como te dije nos vamos olvidando, poco a poco, no se necesita mas.

Nada mas.

Y la vida sigue, y nos vamos acomodando deliciosa y dolorosamente en el olvido.

jueves, 26 de julio de 2012

Des(fase)

Ocurrió.

Estábamos juntos, pero al mismo tiempo mas separados que nunca.
Yo trataba de asirme con todas mis fuerzas a ti, y no se qué pasó.

A media mañana sentí un vacío que me desconcertó. Busqué y rebusqué dentro de mi dónde te habías metido.

Al medio día estuve ocupada y cuando me dí cuenta eran las seis de la tarde y yo estaba recorriendo las calles del centro de mi ciudad, -apenas te había pensado, apenas, y me dí cuenta de eso dando la vuelta en la esquina de la calle de Justo Sierra-.

A media conferencia me confesé en silencio con el público que me rodeaba. Les dije que no sabía por qué motivo te había perdido en algún momento a media mañana. Aparentemente había estado bien pendiente de ti todo este tiempo. Nadie me contestó, nadie me miró, mientras inquieta cruzaba y descruzaba las piernas con medias puestas.

Sabía que el psiquiatra que estaba sentado a mi lado veía mis piernas de reojo. Las sentía y las quería tocar. -no sé si las medias o mis piernas-, y por primera vez en muchos años, me dí cuenta que alguien me veía.

Pero, me veía...

Hay una sutil diferencia entre el "ver" sin itálicas y el "ver" con itálicas...

Y hay una diferencia entre sentir que alguien me "mira" sin itálicas, a cuando alguien me "mira" con itálicas...

Así que terminando la conferencia, y mientras el psiquiatra me seguía atento cargando su perfectamente doblada gabardina (estoy segura sin ser psiquiatra que sufre de "trastorno obsesivo compulsivo"),  yo soltaba unos enormes y sonoros taconazos con mis altos zapatos negros para que todos me vieran.

Quería gritarles que en efecto no te encontraba, pero también que durante algún descruce de piernas me cayó como balde de agua fría la realidad.

Tomé copas de vino mientras el psiquiatra me decía que -no podía creer cómo era que no tuviera pareja- mientras con una sonrisa yo le preguntaba por su esposa amablemente.

Seguí hablando con el mientras me daba cuenta que soy una mujer, -pero creo que me daba cuenta por primera vez en mi vida que soy una mujer- y que puede lograr lo que se me dé la gana.

El psiquiatra se despidió con un beso y un abrazo mas apretado de lo normal, yo me reía por dentro mientras le decía que diera besos a su esposa y el me contestaba al oído acosadoramente -puedes tener lo que quieras, todo es cuestión de actitud, y sabes que la tienes, solo te hace falta usarla-

Me quedé en medio del gran patio lleno de gente con una sonrisa. Mi hermano vino a mi para decirme que nos fuéramos a bailar con sus amigas y que nunca había visto al psiquiatra tan atento.

Decidí irme a bailar a mi cama, sola.
Un poco nostálgica por haberte perdido. Un poco sola. Un poco triste, un poco con ganas de llorar tantito, un poco fría y húmeda con la lluvia que no llovió ayer, un poco enojada porque te quiero pero te perdí en ese des(fase).

En algún movimiento ayer, probablemente cuando pagaba la comida en la caja del súper, un terremoto ocurrió. En ese momento se fisuró mi alma, y te escapaste por allí, y yo pagando la cuenta y firmando el voucher no me dí cuenta hasta mas tarde...

Pero mis medias decoradas ayer me dieron la fuerza que me faltaba para sentirme mas mujer que nunca, y saberme con fisuras, pero nada que no se pueda remediar con actitud.

Medias dibujadas

lunes, 23 de julio de 2012

Existir

Doy vueltas sobre mi propio eje, me contesto las preguntas de las que sé la respuesta aparentemente desde siempre. Me regocijo en tu voz pasada y después de eso me quedo sin nada. Me quedo con el ofrecimiento en la punta de los dedos, con el deseo anestesiado y los párpados cosidos para no ver mas allá de este momento.

Me renuevo en mi, en el frío que siento en la punta de los dedos de pies y manos para adormecerme en una tarde de lunes que parece de un día cualquiera, pero menos de lunes. Parece preludio a una implosión en mis sentidos, -pero diferente a las de siempre-

Me quedo con el ofrecimiento en la punta de la lengua, me lo regreso a las cuerdas vocales, me atraganto en el, lo mastico y que se diluya en mi sistema...

No me queda mas que decir, no me queda mas que hacer, aunque me queda mucho por existir, -contigo, pero sola-

Lunes antes de la implosión





domingo, 22 de julio de 2012

La izquierda de mis noches

La cama está deshecha de domingo.  He tenido pesadillas estos últimos días dignas de Freud, me he removido inquieta, tratando de dar la vuelta con cuidado cuando le toca al lado izquierdo.

Merlina se pone entre mis pantorrillas cuando escucha que apago la lámpara. Y empieza la noche, con la lluvia lenta, con las voces que se mezclan bailando en el cubo del edificio, con las respiraciones acompasadas de ellos a unos pasos de mi, y con el fru fru que hacen mis sábanas a cada vuelta...

Y es que cuando la doy al lado izquierdo, lo hago con cuidado. El hombro se disloca un poco, la pequeña bola que salió de repente hace unos años ya es una mediana bola que me duele en el crawl y en el ardha kurmasana, la cicatriz de la cirugía a veces me duele con la humedad de la lluvia -inexplicablemente se enfría y pinta de morado-, la cadera hace un pequeño click a veces nosedesdecuando, y ahora, a la mandíbula le doy la vuelta con mas cuidado para que no se inflame más, -pinche dentista y sus jaloneos el viernes que me sacaron lágrimas anestesiadas que cosió con cuatro puntadas adoloridas-...

Apenas hace unos días contabilicé estos pequeños puntos y caí en cuenta que todos estaban alineados sobre mi lado izquierdo, esa debe ser la razón por la que cada mañana también me admiro con mas de mis increibles canas en ese lado también.   Cada vez, las últimas quince veces que he ido al súper, me detengo en el pasillo de los tintes al menos tres minutos para estudiar las diferentes marcas y cantidades de amoniacos mientras leo: capuchino medio, caoba estallante, rubio cenizo obscuro, cacao...indecisa siempre dejo las cajas en su lugar, mientras debato entre un ligero tinte, esclavizarme de por vida, o no hacer nada por ellas ni por mi...hasta que decidí la última vez con un L'oreal en la mano derecha y un Garnier en la izquierda que no me pintaría jamás las canas, giñándoles el ojo izquierdo a las sonrientes modelos que me miraban igual de acartonadas que sus empaques.

Pero ayer resultó que le rompieron el corazón por primera vez. Ella le dijo que no-podía-quererlo-como-él-a-ella, y cuando me lo contaba, me empecé a remover inquieta sin siquiera respirar, solo supe que a mi me dolió mas de lo que imaginé jamás...

-y entonces aproveché para enojarme contigo, para llorar por él, por mi, para gritarle hijodeputa al destino mientras le agradecía furiosa al mismo tiempo, para recordar, para olvidar, para sentir, para revivir y reanimarme después de cinco minutos y ordenarme no perder la cordura y continuar con el día y con mi vida-

No entiendo cómo no viene en el "instructivo para ser madre" perfectamente especificado y explicado en varios subtemas y variables el cómo superar la primera vez que le rompen el corazón a un hijo...

Hoy tendré que cuidar el corazón cuando me mueva sobre el lado izquierdo las veces necesarias durante la noche, -ni que se ablande demasiado, ni que se endurezca demasiado-.
 

Hijo




viernes, 20 de julio de 2012

Voz

Necesito el timbre de tu voz para recorrerme en el espacio que hay entre mi tiempo y tu ahora, para desentenderme de ti y descubrirte sin darme cuenta en el aire que entraba por la ventana hace unos segundos, para sentirte en la lluvia que acecha la ciudad cada verano puntualmente por las tardes mientras olvido siempre mi paraguas rosa, para acariciarte en el silencio que hay en el abrazo que le di al vacío mientras dormía pensando que eras tu, sientiendo tu espalda inexistente contra mi cuerpo sanando mi lado izquierdo, y mi dedo índice tocando el centro de tu esternón, allí, de donde te salen las palabras, desde donde te las escuchaba mientras me inundaba tu voz la sangre que disfrazada de océanos me navegaste desde todos los puntos cardinales.

Ojalá se me hubiera ocurrido quitarte las cuerdas vocales la ultima vez que te vi sin saber que no escucharía tu voz hasta que algún día las calles mojadas de lluvia decidan encontrarnos.
Tal vez...

Mi paraguas rosa

martes, 17 de julio de 2012

Hueco

Las horas pasan con una lentitud que me parece desquiciante, inaudita.

El día apenas se partió a la mitad hace apenas dos horas y un poco más, y no sé cómo acomodarme dentro de los minutos.

Las nubes no ayudan, los putos huracanes que están en puerta en los dos mares no estallan, el gris absorbe cualquier color que intenta salir y a mi no se me transforma la expresión por mas que lo intento.

Y con los segundos no sé qué hacer. Medio me revuelco en la silla, faltan demasiados para ir al súper para hacer las compras para la comida y falta una eternidad para ir a la yoga en la noche y llegar rendida a tratar de dormir. 

Los ojos se me van de un lugar a otro y no sé dónde posarlos para que se tranquilicen. Me he visto demasiado las manos todo el día. Me descubrí dos pecas nuevas, mas grandes que las otras, las de toda la vida, tal vez sean manchas de edad, tal vez sean simplemente pecas. Mis dedos están desnudos de anillos, hoy en la mañana antes de salir, fuí al tercer cajón del semanario y puse allí el anillo que me regalaste. Lo aventé, de hecho.

Me tomé un café en Insurgentes con dos galletas mientras veía coches y coches pasar y quería descubrirte en alguno de ellos y al mismo tiempo no.  Sabía de todos modos, que era imposible encontrarte en uno de los cientos de pasaban frente a mi, lentamente,  a las doce del día, en ese rumbo de esta ciudad tan gris y tan grande. Solo eran ganas, así de imposibles como me suenan tu nombre con tus dos apellidos, así como imposibles son tus juramentos llenos de amor, esos que juras por tu vida, pero no por tu agonía. Esos que van con tanto amor, que cuando acabas de pronunciarlos, se han quedado tan vacíos de amor. Huecos. Grises.

Tenías razón Bandini, pero solo en parte, no es la edad, es el amor o el desamor lo que hace que lo poco que queda de razón se vuelque en las letras que trato de convertir en espirales.

Gris




lunes, 16 de julio de 2012

Si

¿Cómo desgranar pedazo a pedazo un si que parece me duró una eternidad en los labios?

No puedo digerir aún las palabras que me tragué por desayuno que no te dije. No puedo calentarme los pies tampoco, y me cuesta fijar la mirada en ese punto cercano que no encuentro y que está en mi paisaje circundante.

Me lavé las manos hace dos horas y no sé por qué motivo me huelen a ti cuando me mirabas algunas veces de cierta forma, y entonces recargo el codo en el descansabrazos de la silla y me pongo el puño izquierdo cerrado en la nariz, y mi boca se queda justo donde está colocado el anillo que me regalaste, y te sigo oliendo aunque sé que me estoy inventando este olor, que no es mas que dolor.

Y te veo en esa terraza donde tomamos vino y reímos hace muchos meses. Y te veo hace años, y te veo ayer mismo.

Y veo que en lugar de contagiarte felicidad me contagiaste tristeza.

Y me regreso a ese si que te contesté hace unas horas, ese si que me dolió pero que a la vez me empezó a sanar. Ese si con el que te confirmé lo que mi alma ya sabía, -que no podía seguir a tu lado-.

Y una vez mas, necesito hoy recomenzarme, recorrerme el cuerpo y el alma para renacer una vez mas. Para saberme a mi solo conmigo y con nadie mas en este planeta.

Para saber que con ese si solté esa amarra que me tenía atada al muelle de donde no podía embarcarme para cruzar ese Océano que no tiene nombre ni dirección. No sé a dónde me llevarán sus corrientes, solo sé hoy que me llevarán sin ti.

Mientras, te dejo en tierra firme, atragantándote con tus hubieras y tus pecados. Pensando que te ganarás el cielo en la tierra. Sintiendo que expias culpas inexistente. Flagelándote con tu derecho a no-ser-feliz que no pienso compartir.

Yo me voy con mis nubes, dejándome llevar por los vientos que me secarán todas las lágrimas que tendré que llorar para ser mas libre de lo que ahora soy.

Y el amor y enamoramiento que te quede, entierralo en el primer cementerio que te cruces, porque ni a ti ni a mi nos servirá ya en esta vida.

Si.  foto: tu