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miércoles, 29 de febrero de 2012

Desde mis entrañas

Vista por dentro me conocí apenas.

Las pantallas en blanco y negro que tenía arriba de la cabeza, del lado izquierdo, así lo demostraban: huesos, músculos, sangre en venas y arterias, órganos.

Ese ser de plástico que parecía vivo, iba subiendo, tocando, sacando...

Sentía cómo iban invadiendo mi cuerpo desde fuera maniobrando esa oruga sintética que parecía interminable.

Sentía cómo subía, lo veía en blanco y negro, como película antigua y además muda. Sentía cuando corría la sangre por ese preciso punto. Sentía lo que me hablaba el cuerpo desde dentro.

Vivir sobre él, desde una capa de piel, sin conocerlo por dentro, sin tener la menor idea de qué sucede en el interior me parecío algo tan ajeno a mi misma, tan desconocido y tan inimaginable.

Me la he pasado casi cuarenta y dos años solamente mirando hacia fuera, jamás he intentado ver ni hacia dentro, ni desde dentro.
Me sentí como una prótesis injertada en los ojos, manos, boca y oídos.
Una rémora de este esqueleto rodeado de piel.

Pero lo mejor, fué conocer mi costillar en forma de perfectos semicírculos rodeando mi respirar y mi latir.
Esa carcaza perfecta que se ve tan frágil pero que es mas fuerte que tu y que yo juntos.

...Y cuando me dí cuenta, la película de mi interior había terminado...

Entrañas




martes, 21 de febrero de 2012

Caída libre

Me pregunto qué pensabas al caer a ese vacío.

Si tu vida pasó ante tus ojos en cámara ultra rápida. Si te arrepentiste de tus pecados. Si te arrepentiste por no haber hecho algo. Si te faltó decir algo. Si pensaste haber olvidado pagar una cuenta. Si la caida era poco petulante, elegante y encantadora. Si pensabas te levantarías, sacudirías la ropa con un simple auch y te pondrías a caminar con el orgullo tapándote los moretones.

Tal vez pensaste que era de noche, que estabas lejos de tu casa, en los tuyos que no eran quienes estaban a tu alrededor, tal vez pensaste a la hora del golpe...."no jodas, ahora si que toqué fondo"...

En algún momento pensaste en las orquideas del jardín, en los inciensos que vende esa señora que esta a solo pasos del quiosco. Pensaste en ti, en ellas, en ellos, tal vez en mi.
Pensaste que el cambio había llegado, que ya lo sabías, que me lo habías dicho muchas veces junto con un "no me crees aunque te lo he dicho", y yo todas esas muchas veces te contestaba..."nunca he dicho que no te creo"...

...pero el cambio no tenía que ser -tan físico-...

El cambio fué tan físico para demostrarte lo -tan simbólico- que tenía que ser.

La cabeza despegada del cuerpo. El corazón separado de los piensos.
Las entrañas ensangrentadas, las decisiones esparcidas en la sangre.
Los recuerdos mezclados entre raspones. Los huesos de alguien injertados ahora en ti, deteniendote la cabeza al cuerpo.
Los huesos de alguien que nunca sabrás quien fué.
Si fué hombre o mujer. Jóven o vieja. Buena o malo. Una cocinera o un conductor de trailers. Madre de familia o tal vez un cura.
Ni sabrás cómo se llamaba.

Y la fuerza te cosió todo de vuelta.

Ahora vives otra vez.

Y ayer que te ví en medio de ese lugar lleno de cosas inútiles y te vi radiante, me alegré por ti y tu fuerza.

Y me arrepentí por no haberte tomado una foto para que me creyeras cuando te dijera que eres el mismo aunque eres otro.

Así que hoy, esta entrada no podrá tener foto, porque no la tomé.


lunes, 20 de febrero de 2012

Cuarzos ahumados

Esa pequeña ansiedad se me contiene detrás de los restos de tu voz, del trazo de tus manos, y se atora en medio del secreto que me aventaste en la oreja, recorriendo timbre, martillo, nervios, hasta llegar a mi taquicardia en forma de eco reventado...

Me quedé inmóvil la primera vez que lo dijiste, traté de no respirar, de deternerme en el tiempo al que trato de aferrarme desde hace unos días...tratando de retenerlo en mi memoria auditiva, en mi conciencia, en mi esencia, en mi piel entera que quiero hacer eterna por unos días.

El tiempo presente, que alargo suavemente, con ritmo, que se me atora en las nubes que hay en los espectaculares cielos, en el sol que empieza a entibiar...lo noto en mi pijama que ya no es de franela, en mi caminando descalza por el piso ya no tan frío de la cocina, y en el templado del resto de mi espacio, en mis sweateres gruesos que están doblados ya arriba del closet esperando al próximo noviembre o diciembre, en los delgados que he usado ahora, en mis mascadas ligeras, esas de todos los días, en el color que quiero tener en la piel en un mes que empiece a asolearme junto con la primavera.

Lo alargo deteniendome en los chinos de la cabeza llena de notas musicales de Ignacio, en el abrazo cada vez mas alto de Esteban que me aprieta preocupado...en sus risas, en sus secretos, en nuestras historias habladas mientras toman uno o dos enormes vasos de leche al ritmo de mis tres tazas de té. Se esparce el tiempo en nuestros pequeños cónclaves, en nuestras meditaciones en medio de sonrisas alrededor de Eddie Vedder y Dave Mattews Band...otras con confidencias más que secretas, o viendo películas en blanco y negro o leyendo sonetos inventados.

En pláticas eternas que tu y yo discutimos en medio de silencios donde nos guardamos prudentemente las ganas de estar, donde queremos que las palabras no se agoten, que nos duren para siempre, mientras las pronunciamos lentamente, sintiéndolas.

Se me va deshojando y pensando mientras siembro en la mente el jardín que se llenará de aromas, en los cuarzos que curan, en la montaña mágica de Tepoztlán,  en la fuerza que me contagias y en el estancamiento que sienten mis dedos para escribir aquí y ahora.

La pequeña ansiedad está contenida en una línea fina y vertical a lo largo de mi abdómen, pero las ráfagas de sangre que corren aceleradas por mi cuerpo la limpian y purifican a cada bombazo que da mi corazón.
-Como si fuera un enorme cuarzo ahumado y mágico, recién cargado de energía, sumergido en arena mineral, junto a una ventana con vista a la luna-.

Cuarzos y Merlina



lunes, 13 de febrero de 2012

Brisias

Transcurre el tiempo casi sin darme cuenta, me detengo en los momentos menos esperados para dejarte salir de mi ser.  El cuerpo se me va adaptando a cada hora, a cada espacio, a cada evento.
El alma parece que la tengo suspendida como un globo, sosteniéndolo con la mano derecha.

No he soltado una sola lágrima, solo he sentido piquetes en el esternón que desaparezco con un parpadeo y un suspiro cortado...no de esos eternos e inalcanzables.

Sé que no habrá mas rosas rojas en mi florero, por eso ayer en el mercado decidí comprarme brisias.

Recién cortadas.

Huelen a campo, huelen a limpio, huelen a futuro...

Y el futuro, lo tenías tu. 

Brisias en mi florero rojo antiguo





sábado, 11 de febrero de 2012

viernes, 10 de febrero de 2012

Fragmentos nevados

La realidad es una cabronada: juras que tienes el mundo a tus pies, que besan tus pies, que matan por ti, que no viven sin ti...

Y todo es una fantasía.

Mientras un domingo cualquiera estas solo, estas sola, contando minutos en el reloj que no marca ninguna hora, la realidad existe allá afuera...

La realidad es que te me escapas de las manos permanentemente, la realidad es que me tengo únicamente a mí, la realidad es que llega un viernes cualquiera de febrero, donde las fronteras de mi ciudad en forma de sus volcanes, se caen de nevadas, donde llueve frío súbito desde hace muchas horas, y estoy aquí, en frialdad casi mórbida dilucidando mi futuro, abrazandome al espejo que me sostiene la mirada y envolviendome en el calor que solo yo me puedo dar...

El resto, es historia.

Hay grandes fragmentos de ti.

El resto...

El resto lo soltaste porque no pudiste aferrarte a mis sentidos.


Frio volcánico

Súbita helada

Me quedé helada.

Nunca me había pasado.

El enfriamiento es instantáneo, desde el centro hacia afuera. Parece como si el frío saliera desde el corazón y se va como pequeños trozos de hielo frappe por las arterias, recorriendo milímetro a milímetro cada microespacio del cuerpo.
Lentamente, el corazón da comienzo al enfriamiento súbito que llega hasta la punta del pelo que engancho en una pinza, hasta la peca de la nariz que veo cuando cierro el ojo derecho, hasta la punta de la uña del dedo gordo que tiene un frio encabronante.

Y después viene el acaloramiento.
Viene en forma de yodo intravenoso.  Es súbito también.
Mas que acaloramiento es una breve ansiedad física, una iluminación dentro de un tubo que parece cámara del tiempo.
Es un espacio blanco, donde suena el aire acondicionado, donde se siente el frío artificial, donde hay que inspirar fuerte, cerrar los ojos, retener el aire y esperar a que se te fotografíe la vida entera.
Entré vestida de azul, y debajo no tenía mas que mis calcetines.
Era ropa fría, ajena y desechable.

Seleccionaron mis piensos y disecaron mis sientos.

El hombre de la ropa azul y bata blanca me dijo que cuando me diera cuenta, ya habría terminado todo mientras me tocaba el brazo derecho, el envés del codo y la mano, aprisionando suavemente mis dedos y no soltaba viéndome a los ojos, como queriendo decirme algo con los ojos que yo no veía como debía ver.

Me tardé en comprender las heladas y las canículas para revivir.

Lo comprendí cuando escuché de tu voz quebrada por tubos y sesenta mas veintidos puntadas que siyonoeraguerrera.

El cansancio me lo sacudo.
El cansancio se irá cuando salga a la calle y me atrape esta lluvia persistente y resistente.
Se escurrirá.

Por lo pronto, me desvestí, me metí a la regadera, me puse calcetines de rayas, jeans, sweater, bufanda tejida a mano y el impermeable que era de mi mamá a mi edad, totalmente vintage para salir a conquistar el viernes que antecede al fin de semana tepozteco donde comenzaré a arreglar el jardín con orquideas susurrantes.

Lluvia fría y chilanga. Súbita y loca.



miércoles, 8 de febrero de 2012

Sístole y diástole

Merlina y yo nos hemos fusionado en una misma los dos últimos días. Parecemos gemelas siamesas que con solo sabernos la respiración de la otra cambiamos de posición en la cama sin siquiera vernos a los ojos...
De repente a mis pies, de repente en mi pecho, otras encaja la cabecita en mi cuello donde le siento la nariz helada.
Por ruidos tenemos los coches que pasan por la avenida, los vecinos por el cubo del edificio.
Hoy alguien se secaba el pelo a las 600am.
Hoy alguien se hacía dos huevos estrellados a las 800am...
Nosotras tomamos el té Barrys a las 630am con dos rebanadas de pan tostado con mermelada de zarzamora silvestre.
Hecha por mi.
Zarzamoras compradas en Tepoztlán.

Y las horas pasan en una lentitud que va de prisa.
En un frío que tapamos con nuestra cobija roja y blanca.
En un pensamiento que se va desenmarañando sin prisa.
En un estar que quiere sentir, y en un sentir que quiere salir volando por las ventilas del baño.
En no decir palabras, en solo escribirlas o detenerlas en el aire, en suspirar profundamente, en pedir permiso a los pies para levantar el cuerpo, en poner en pausa el tiempo, mientras se pueda detener, escuchando como la sangre corre aceleradamente por mis venas y arterias.
Yo con pijama a rayas. Con calcetines a rayas.
Merlina con su pelaje a rayas.

Y tengo que dejar de escribir ya, que nos toca cambiar de posición y dormir un ratito, que estoy cansada de respirar de este lado...

Rayas



martes, 7 de febrero de 2012

Nubes en mitades e ideas cortas

Pondré la pesadilla en pausa, la colgaré de una nube, que se quede quieta mientras me muevo, mientras encuentro mi nuevo espacio en este nuevo momento.

La decisión, la determinación... esa la bajé de la otra nube, donde estaba en pausa, la partí a la mitad, como un pastel, y te hago formal entrega de tu mitad, la que te corresponde por derecho, como propietario único, porque en esto estamos los dos.

Es cosa de dos.

De ti y de mi.
De nadie mas.

Debes quitarle el pause a tu tiempo, a ese que supuestamente no existe, al que le das la espalda, al que haces como que no ves...
Ponle stop, y aprieta el rewind o el fast forward.
Decide qué tecla vas a apretar.

Es el momento de la decisión. Sabes la mía. La has sabido siempre, aún antes que te la dijera con palabras.

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Y mientras la pesadilla sigue en pausa, me tomo un té.

Siempre dijo mi mamá que un té cura todo.

Si lo cura...solo que es un complemento de un todo. Ese todo te incluye y me incluye.
Ese todo no existe por el momento.
Es solo un algo.
Un algo que se desvanece, un algo en el que me desvanezco, me hago borrosa, trasparente, como un vaho en la ventana de un coche, desde dentro, donde con el índice dibujo un corazón, con mi inicial, pero sin la tuya.


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Y con el asunto de la pesadilla...

Si Dios existiera, si yo fuera Dios...si fuera Diosa...
Excomulgaría las pesadillas de los sueños...

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Y hablando de Dios...
me gustaría preguntarle...¿qué pruebas me está poniendo, qué sentido tienen, de qué me van a servir, me van a hacer madurar, me van a superar, me van a hacer mas grande, enorme, gigante, descomunal en fuerza?

Té de las 930am

viernes, 3 de febrero de 2012

Explosiones

Lo que pasa dentro de mi son pequeñas explosiones.
Se trasladan de la memoria cerebral, a la memoria celular de mi corazón, arterias y venas.

La inconciencia de mi memoria es la que se encarga de todo.
Se vale de recuerdos que yo ya no recuerdo, de cicatrices borradas y de dolores olvidados.

Y mientras se vale de todo eso, -que yo siempre pienso que no es nada comparado con historias que viven a mi alrededor-, mi sangre se acelera en pequeñas explosiones.
Erupciones microscópicas en cada célula, en cada glóbolo, blanco y rojo...

En el cerebro van y vienen sinápsis, descargas, descontroles.
Mi cráneo a la defensiva aniquilando los terremotos que contiene dentro.
A veces siento que se va a pulverizar en un segundo.
Que solo quedará mi cuero cabelludo defendiendo mi cerebro y cerebelo de cualquier tormenta o lluvia de estrellas.

Mi cuerpo no entiende el lenguaje de mi cerebro.
Mi corazón se encuentra en medio, tratando de equilibrarlos, de encontrar el punto medio a base de negociaciones silenciosas.

Y entonces es cuando me arde el corazón...así como lo escuché en el radio en la mañana y supe que la locutora me lo decía a mi, y no a los millones de radioescuchas que manejaban a mi alrededor...
Arde, arde como si el cerebro le echara un limon exprimido.
Arde como si mi cuerpo lo quemara con algún ácido.

Y ya no encuentro la receta para curarme la psique.

Y me volví resistente a cualquier medicina.

Los jadeos se me escapan como palabras que no puedo pronunciar.

Mi corazón tiene una fisura y tiene lágrimas de sirena dentro.

Y las cenizas disfrazadas de sonrisas que mi cuerpo va dejando a cada paso quieren volar, quedarse en una montaña con vista al mar.
O en un mar sin montaña.
O en una montaña que alguna vez soñó con el mar.


Corazón de vidrio soplado con aire del mar y relleno con 9 lágrimas de Sirena





Ojos de caimán

-Tres lágrimas perfectas han salido de tus ojos de caimán-, me dijiste mientras con el pulgar izquierdo las quitabas de mi mejilla.

-No puedo controlarlas-, te dije con desquiciamiento.

-Be Irish-, no te cansabas de repetir.

Me abrazabas y consolabas, pero también me obligabas a llegar al límite.

-Ojos de caimán tienes-, me decías mientras yo veía tus ojos de gato. Color aceituna decolorida.
Color agua de charco en medio del pasto. Los tenías inyectados de fuego. De arrebato. De intolerancia aparentemente controlada ante mi debilidad. Tenían un pedazo de luna creciente, mucho humo de incienso, un poco de quarzo ahumado.

Y en una sentencia que sonó como un cuchillo entrando en el corazón de un caimán te lo dije muy rápido como para que no quiseras escucharlo.

Te confesé la impotencia que se guarda en mi alma.

Al día siguiente, ninguno de los dos sabía que veríamos un arco iris completo en medio de lluvia y nubes grises.

Y mientras lo veía, no te lo dije, no lo escuchaste, pero te agradecí estar a mi lado.

Visto en el mercado de Tepoztlán



miércoles, 1 de febrero de 2012

Brígida

No sabemos quien encontró a quien, solo que nos encontramos y nos volvimos una en las letras de un teclado, en los delirios que siento en el corazón, en la forma en que mi cuerpo ama, en las sinrazones por las que mi mente olvida, en las descargas que sienten mis dedos cuando tocan, en los infinitos que mis ojos ven.

El Universo nos plantó una frente a la otra, yo parada con las manos en las caderas y con mirada retadora y sarcástica, ella cruzada de brazos rodeada de un halo de luz deslumbrante que me hizo reir y a ella igual.

Y desde entonces, nos abrazamos como grandes amigas.

Ella es esa vela blanca, ella son las rosas rojas que a veces están en mi florero, ella es el té de todas mis mañanas, ella es la música que escucho, ella fué el Haijin, ella eres Tu, ella es el Mago,  ella es la Viudita, es la bailarina árabe, las letras de María Paz, es mi trabajo de todos los días,

...es mis hermanas, fué mis abuelas,

Ella es mis hijos, dueños de mi corazón,

Ella siempre, siempre, ha sido mi irlandesa, mi incondicional, la que me dió la vida, Stephanie.

Luna creciente y Brígida