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lunes, 28 de febrero de 2011

Intento

Estoy harta.
Noches sin dormir.
Levantándome cuatro o cinco veces por noche dando vueltas y mas vueltas.
Cerrando puertas, abriéndolas. Metiéndome en las cobijas para no escucharte, no sentirte.
Hablando contigo, tratando de hacerte entender.
Te acaricio, te abrazo y te das la media vuelta y, cuando duermo, es cuando vienes a mi.

Quieres siempre tocar mi piel.
Tus manos en mi pecho, en mi cara.
Solo cuando TU decides es cuando es tiempo para estar piel vs piel.
Rompes como te da la gana mi motto "igualdad de circunstancias".

Tengo que descansar.

Trabajo todos los días y tu no haces nada.
Te encuentro cuando llego por las tardes, cansada del día de trabajo y tu en el sillón acariciándote con los rayos de sol.
Tu mirada al vacío o en pleno sueño.

Y pues... en la madrugada lo decidí.

No quiero seguir con esto. No puedo.
Quiero que te vayas y no vuelvas mas.

Te he visto tardes enteras viendo a la ventana.
Sé, siento que mueres por salir. Por irte de una vez por todas.
Se que saldrías y te olvidarías de mi para siempre.
No voltearías siquiera, no te despedirías.
Ni una mirada, ni un gracias.
Lo sé.

Y lo único que se te ocurre contestar...


MIAU...


Está bien Merlina...te puedes quedar, pero déjame dormir por favor...te lo suplico...
(La verdad es que te quiero demasiado...)

Merlina, Foto S

domingo, 27 de febrero de 2011

Fuí

Estuve lista primero que nadie y me senté en el banquillo de salida a esperar que los demás terminaran de armar su equipo.

Subí las piernas y crucé los brazos alrededor de ellas.
Ví lo que he visto desde que tengo siete años.
Lo mismo, pero diferente.
Un colibrí volaba sobre el agua. Parecía ver flores invisibles que yo no veía.
Ruidos y movimientos en la construcción al lado...(¿en domingo?)
Partido de futbol en la cancha a mi izquierda.  Málaga vs Coruña, o cualquier equipo con nombre de lugar de España, jugado por los mismos de hace años, solo que ahora son "veteranos", gritando putamadres, cabrones y carajos, pero no cantando goles...
Niños en bicicletas y patines.
El inconfundible, inolvidable e inigualable ruido que hacen las brazadas y las patadas de los nadadores de mi alberca, porque en estos momentos, desde el banquillo del carril ocho, parece y es solo mía y de nadie mas.

En el carril uno, veía nadar a ese hombre que he visto desde hace años nadar.
Hace unos años venía en bastón.
Hace unos meses en andadera.
Me llama la atención la fortaleza de sus tatuados brazos. La contrastante debilidad de sus piernas.
Desde navidad, o poco antes, viene en silla de ruedas.
No puede entrar solo al agua. Necesita mas de quince minutos para comenzar, pero una vez que está mojado hasta la última célula, parece que el agua lo acuna y lo mueve los cincuenta metros que toca de ida y de vuelta una y otra vez con una cadencia que me llena de ternura y de orgullo al mismo tiempo.

"Poliomelitis" me dijeron en la cafetería.
"No. Esclerosis", dijo la Sirena.

Eso veía sentada en el banquillo de salida, del que he salido tantas veces.
Del que salí a los siete años, con ese traje de baño "albinegro" y gané una medalla rectangular con un listón rojo.
Un tercer lugar.
Me veía ahí sentada y me sentía con esos mismos siete años.

Solo que ahora de ese banquillo saldría de espaldas, con un tanque de aluminio, visor, aletas y plomos.

Solo que hoy no pude hacerlo.

O mas bien, lo hice, pero no salió bien.

Parece que mi cola de sirena se ha convertido en dos piernas con pies y pecas en vez de escamas.

Parece que el colibrí me picoteó con una especie de melancolía y torpeza acuatica.

Hay días malos hasta para las mejores sirenas.
Todo sale mal con el agua...aunque sea la misma que a los siete años, corriendo con esa medalla en la mano para enseñarla a mi mamá que feliz me tomó esa foto...

Yo y mi medalla. Foto: Stephanie, 1977

viernes, 25 de febrero de 2011

Sin invitación

Anoche estaba soñando cuando sin invitación te metiste en mi cerebro, -a esa parte donde descubrieron que se generan supuestamente lo sueños-: el lóbulo occipital y el tálamo posterolateral derecho. (nota: no es que recuerde mis clases de anatomía, es que lo guglié...)

Y bueno, resulta que soñaba que estaba desayunando en La Casserole con gente que no recuerdo, solo sé que era gente muy querida, y de ahí saldríamos a algún viaje, cuando te ví entrando por la puerta mientras mi cerebro trataba de despertar del sueño y decía: "carajo S...lo invocaste, por eso está entrando por la puerta del restorán que en realidad es la puerta de tu sueño"

Y la verdad, quería que te salieras de mi sueño, pero al mismo tiempo me daba curiosidad saber que diablos hacías en él...

Así desperté de un brinco a entrar de lleno al viernes deseando con todo mi corazón, mi fuerza, mis pies y mis ojos que empezara el fin de semana.
Mi fin de semana...

martes, 22 de febrero de 2011

Energías y sinergias

Hay días que van enlazados unos con otros con hechos, circunstancias que parecen bajo control pero que están totalmente descontrolados y son perfectamente inconexos.
¿Será la luna de febrero, el calentamiento global, el terremoto en Nueva Zelanda, el movimiento en Libia, el narcotráfico en mi país, el segundo mes del invierno o el mes que falta para la primavera?

Así pasa de repente...

Y en vez de componerse, van en reacción en cadena...
Como esa bola de nieve que crece y crece y además se acelera en la caída...

Y entonces, me detengo con la frente medio tensa de tanto fruncir el ceño.
Analizo.
Diseco.
Respiro.
Me encabrono y me desencabrono...

Y pienso que como todo, tiene una inexplicable, inaudita, increíble razón de ser...

Que mañana, como anoche, me estaré carcajeando sin control, con lágrimas en los ojos y dolor de panza de tan fuerte que es la risa.

jueves, 17 de febrero de 2011

El cajón

En mi semanario existe un cajón, -el tercero-, que abro solo de vez en cuando...
Y eso es porque me da una especie de noseque que notienenombre.

Es el cajon de Yuni.

Solo se encuentran cosas especiales. Cosas suyas, que no son mías, pero que me dejó en prenda junto con un cepillo de dientes y una pasta de tubo chiquito.

Hoy lo abrí para cambiar de aretes.
Yuni me ha regalado joyas porque un día que me robaron le dije "no tengo joyas, así que el robo fué poco interesante", entonces el decidió que me regalaría.

Hoy me puse los aretes color violeta-púrpura que hacen juego con el dije ovalado que me regaló hace pocas semanas.
Dejé en su lugar los de espirales de plata que siempre traigo puestas junto con el resto de mis espirales.

Lo abrí y vi sus cosas: cuaderno de tapas con calaveras, servilleta donde me escribió un haikú, caja donde venían las últimas cosas que me regaló -no, no quise tirarla-, y el CD que grabó cuando tenía dieciseis años...

Cada vez que abro ese cajón parece que salen vapores invisibles de sensaciones que me regresan por un instante a Yuni.

Y cada vez que lo cierro, siento que está detrás de mi dándome un beso risueño y flaco en medio de la nuca mientras me dice con esa voz tan suya, tan grave, tan ronca, tan pacífica y modulada, tan diferente y única..."Rubita...¿sabes que te quiero?"

martes, 15 de febrero de 2011

Semanas suicidas

De un chasquido, la vida se puede ir, -o se va-.

Cada vez que parpadeo, alguien se va, alguien nace, alguien llora, alguien se ríe, alguien tiene un orgasmo, alguien duerme, alguien despierta, alguien decide, alguien cancela, alguien sabe lo que hará y cuándo lo hará.

En menos de dos semanas, dos suicidios.
Dos hombres. Uno cercano a mi, pero lejano. Otro lejano a mi, pero cercano.

Uno anunció con bombo y platillo su decisión.
Lo anunció en Facebook (algo que me tiene igualmente sorprendida...). Nadie supo leer sus palabras. Nadie supo, y todo el tiempo lo dijo.
Hasta que, minutos antes de salir a estrellarse en su motocicleta, publicó en la red su despedida titulada "Lo siento, lo siento".

El otro hombre.
El no lo anunció, pero bien que lo había decidido.
Lo ví dos veces en dos semanas antes de que se medicara hasta la putamadre.
Se rió. Habló. Tomó vino. Cenó. Le tomé fotos...,-con esa obsesión mia de cargar la pinche cámara a todos lados y ser la reportera de los eventos sociales y además estar preparada para fotografiar todo lo que se me dé la gana-.

Qué valor.
"Qué valor",  dice mi hijo, el de quince años...

-Mamá...todo mundo dice que quien se suicida es un cobarde que no puede ni quiere enfrentar la vida. Que es egoista porque deja a los que lo quieren aquí...pensando miles de hubieras, y sintiendose culpables...Yo pienso que quien se suicida tiene unos huevos enormes"...-

Si...

Dos hombres. Dos suicidios. Dos semanas. Todo ésto, en el segundo mes del año.

A veces se me ocurre, que en las palmas de la mano pueda estar escrito eso.
Me imagino cuando eran niños. Cuando llegaron a este mundo. Mientras sus madres los amamantaban. Mientras jugaban con sus hermanos...
¿habrá habido alguna pequeñisima señal algo marcado en sus destinos, como para poderlo evitar?

No sé que pensar.
No quiero pensar. No quiero sentir...

Pero no hago mas que pensar  y sentir.

Y no quiero mas que vivir...

domingo, 13 de febrero de 2011

Atardecer dorado

En domingo a veces me detengo a escuchar el silencio.

Escucho pájaros no identificados, la televisión de algún vecino. El pasar de los coches que se me figura un deslizamiento débil-fuerte-débil, a veces ronco, pesado, otras ligero y agudo.

A veces se escucha un niño de unos tres o cuatro años pisos más arriba.

Otras escucho a la vecina toser...
Hace meses pensé que iba a morirse, y me dió pena subir a ver si necesitaba algo, -no fuera a pensar que me despertaban sus ataques de tos a las  3 y 4 de la mañana-, semanas después la encontré y le confesé eso y me dijo "dejó de preocuparme a quién despertaba o no, sentí que me moría"

Escucho a veces la gotera caprichosa que cae cuando le da la gana en la cocina.

Pero encima de todo escucho mi respiración, pausada como el domingo.
Pensativa previa a un lunes.
Melancólica después de un sábado.

Cálida y nostálgica a segundos como los rayos de sol que caen a fines de invierno por la ventana a eso de las cinco de la tarde...
Hacen mas anaranjado el sillón.
Levantan el obscuro café de la banca de madera.
Pero sobre todo, son tan silenciosos que no hablan de las hojas que reflejan en la pared como un cuadro vivo, que se mueve sobre el blanco con un dorado que no puede describirse de tan fino y delicado que me gustaría atrapar y convertir en un anillo de oro, aunque no me guste el oro...

Y en ese silencio donde parece que el tiempo no se mueve, me dicen todos esos reflejos y sonidos mudos que el tiempo se mueve más rápido de lo que siento.

Pared dorada. Foto S

jueves, 10 de febrero de 2011

Abismo

Hoy cerré la puerta, puse las dos chapas, vi a Merlina a mis pies, me vió desde mis pies y sentimos que un abismo se abría entre, sobre y alrededor de nosotras.

Pasaron muchos segundos, o segundos muy largos...

Escuchamos un silencio que se rompió cuando parpadeamos para voltear la mirada y caminar hacia adentro.

Nuestros pasos apenas se escuchaban.

Nuestras miradas se perdían con los últimos rayos de sol de la tarde, esos que se escurrían por el cojín unos minutos antes donde estaba sentada.

Y el silencio y el color de ese momento me abrumó y me metió en ese abismo que dura un solo instante y que no tiene nombre ni explicación, pero se queda rondando junto con la sombra que va pegada a mis pies hasta la hora de entrar en las sábanas y decidir dormir....

Cuando decida dormir...

(porque Merlina lleva una hora durmiendo a mi lado, ha dejado al abismo perderse, y yo lo abandono ahora que lo escribo. Lo conjuro. Lo olvido. Y sonrío.)
Merlina sin su abismo Foto S

sábado, 5 de febrero de 2011

Champaña con la Viuda

Veuve Clicquot, Foto Danae
El día que festejé mi renacer con mis amigas-hermanas mas cercanas, la Viuda me regaló una botella enfundada en un neopreno naraja que decía:
"Renace todos los días,
Una viuda que te quiere...
2011"

El día para tomar la champaña con un queso brie "elabordo por IPODERAC, centro de rehabilitación para niños en situación vulnerable. Gracias a tu preferencia por nuestros quesos podemos seguir ayudando a rehabilitar mas niños y convertirlos en hombres de bien", y un queso gouda con comino (recomendación acertada del Haijin), fresas, manzanas y pan; fué hoy.

Cuatro horas hablando sin parar, bebiendo a sorbitos, mordiendo fresas, hablándonos de cosas que nunca hablamos durante secundaria y preparatoria (¿hablamos alguna vez durante secundaria y preparatoria?,  me pregunto hoy, mas de veinte años después)
Riéndonos.
Hablando mas y mas.
Dos mujeres solas una tarde en las bancas de una cocina blanca, sin tapujos sin críticas, con admiración, con cariño nacido recientemente....
Con ganas, con sabor a reencuentro...

Una simple tarde que de simple no tuvo nada, y porque así se marcan los días importantes de nuestras vidas.

No se necesitan grandes placeres ni grandes hazañas.

No se necesitan mas que dos mujeres hablando sin parar dejando en pausa muchos temas para la siguiente, aunque no haya champaña, aunque solo haya café o agua de limón o té....y mas historias que contar...

viernes, 4 de febrero de 2011

A ti

Pinal de Amoles, foto S
Hace muchos meses en algún blog ajeno a éste, escribí nueve palabras:

"Para no extrañarte me hundo en tu abrazo ausente"

Lo aprendí de memoria para escribirtelo un cuatro de febrero.

A ti.

Te lo escribo desde entonces, desde el plexo solar y con cada célula.

martes, 1 de febrero de 2011

Santa Brígida

 Lo anoté en mi agenda (muy bonita, negra, Moleskine) hace ya cuatro semanas.
Todo con letra muy clara: cumpleaños, citas, marcar lunas nuevas y llenas...vacaciones, puentes, días que olvidar y los que no olvidar...
Y el mas importante era el día de hoy...

Pero después de diez días de vacaciones y romance extremo, pues hoy regresé a la realidad muy atolondrada, con la mente en un lugar y el corazón en otro.
A mi escritorio, mi computadora, mi soledad acompañada.
Mis pendientes, mis planes, mis todos.
Mis nadas.

Y ya había pasado mas de medio día cuando empecé a buscar una pluma para escribir un cheque, y al momento de poner la fecha miré mi reloj que marcaba casi la una, y el 1 de febrero.

Un día precioso.
Soleado.
Caliente.

Un día puramente brigidiano.

Feliz día de Santa Brígida, de Imbolcs, renacimientos, fuegos y fertilidades y muertes chiquitas...

(eso si, tengo la mente y los dedos atrofiados, siento que solo se me ocurren pendejadas...nada literariamente ni tantito interesante...pero así hay días, tiene que haberlos...)