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jueves, 27 de octubre de 2011

Destino y oráculo

Decidí ponerle cara, forma y color a mi destino.

Le puse cara de viento y color de árbol en medio de ese bosque que es solo mío y que está junto al mar, lo aceleré a velocidad de un lobo en medio de la tundra, y decidí que lo puedo tocar cuando se me da la gana...
Cuando se me da la gana de pedirle deseos escritos en papel de china quemados,  le veo forma de maceta con una orquidea blanca. Virginal. Etérea y frágil.
Anoche le puse cara tuya recostada a centímetros de mí en la misma almohada mientras no me quería ir a dormir.
En la mañana se disfrazó de sol otoñal que me deslumbraba manejando a 8 grados en medio de un frente frío que venía acompañado de un huracán que quiso llamarse Rina pero que se deshizo a medio camino porque me vió la cara de deseo contenido junto con mis negras intenciones.  Rina se dió la media vuelta en el Mar Caribe porque le entró un temor sin nombre al leerme en la frente el destino.

El oráculo mío, ése que es mío y de nadie mas, que mis dedos lanzan con tus runas, tiene forma de corazón.
Un corazón al que le nació un estigma cuando un Druida me vió de reojo hace un siglo y medio.  Hace tres siglos un Sacerdote Mulato lo hirió de muerte pero sobrevivió porque se creyó que tenía mas vidas.
Con esa mirada de reojo, el Druida le lanzó un rayo incandescente y lo rozó.

El lunes me dijeron con aparatos de última tecnología que la minúscula herida, el nano-rasguño, cicatrizó un día mientras compraba frutas en el mercado. -Que nunca me di cuenta-, dijo la sacerdotiza disfrazada de radióloga que parpadeaba con pestañas postizas que hacían un ridículo contraste con su blanquísima y deslumbrante bata bordada con su nombre.

Estás lista para cualquier aquelarre.  Estás lista para sobrevivir a cualquier tropiezo. Tienes los latidos suficientes para desear lo que quieras, mas no para obtener lo que deseas.  Tal vez no sea tuya esa cara en tu almohada, -ahora no lo es-, me dijo con otro largo parpadeo, -tal vez nunca lo sea-, pero ya tienes el poder de decidir cómo, cuando y hasta donde.

Y si.
Ahora sé que de verdad tengo y he tenido muchas vidas y que soy una mujer libre.

Lo sé en este instante mientras echo tus runas y las mías sobre este corazón...

Y cierro los ojos...no quiero por ahora leer lo que dicen nuestras runas, que son las más sagradas que mis dedos han tocado, y solo me detengo a escuchar campanas repiqueteando alrededor de mi esencia mientras le pongo cara al destino de ventana que da a esa montaña sagrada, que es mía y de nadie mas.

Ventana a mi Tepozteco, foto S

3 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Tienes buena vista desde esa ventana.
Para mí la quisiera.

Besos.

Espera a la primavera, B... dijo...

He sentido todas y cada una de tus frases... "Rina se dió la media vuelta en el Mar Caribe porque le entró un temor sin nombre al leerme en la frente el destino" podría estar perfectamente entre la hojarasca de cien años de soledad (mi sueño favorito).

Me alegra que hayas vuelto a escribir estos ensueños, este tarot de las letras... A veces es como si pudiera ver lo que no puedo ver a través de ellas.

Pasa un bonito día

mapaz dijo...

Me encanta que esta vida este conciente de las vidas que haz vivido, y que se sienta sabia y resistente para tener lo que necesita, fue bello enterarme de tu fuerza chamana viajando por tu bosque. Besitos