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sábado, 1 de enero de 2011

JI

JI. Foto:S
Tiene alma de niño atrapada en un cuerpo de adolescente.

Hace un par de días le dije que le prohibía terminantemente crecer.

Se rió y me dijo, "eso es algo que no puedes hacer", lo abracé y me abrazó fuertísimo.

El no quería nacer de mí. Estoy segura que hubiera querido quedarse toda la enternidad dentro, así lo sentía, pero como desde entonces estaba creciendo no hubo alternativa.
Nació y lloró de tal forma que me sonó a carcajada.
Caminó y comenzó su ritmo por el mundo.
Comenzó a hacer que la gente escuchara su música por las calles, en los pupitres de la escuela, en las canchas de basquetbol, en la alberca donde nadamos y buceamos, en la casa donde en las noches le sale el niño que tiene dentro y quiere que lo arrope en la cama...

Pelo rubio ondulado. Cara perfecta. Sonrisa matadora. Ojos puros y coquetos.
Un perfecto seductor
Tiene una intuición especial con las mujeres.
No me entero de sus novias hasta que ha terminado con dos o tres de ellas y es un tema que no ocupamos en nuestros momentos.
A veces no tengo idea de lo que pasa por su vida. Largas temporadas no sé si tiene problemas en la escuela, con amigos, con maestras. Me entero por otros lados y además que ha resuelto el problema solo sin acudir a nadie. Ni a su hermano. Me limito a preguntar qué tal le fué y siempre tiene "los mejores días de su vida"
En nuestros momentos se dedica a platicarme detalladamente (y cuando digo "detalladamente" no exagero) cualquier cosa o todas las cosas.

Dicen que es mi preferido. Digo siempre que no, los dos son mis preferidos, cada uno en su estilo.
Lo que pasa es que él es mi complemento, y eso es algo muy complicado de explicar y no significa que lo quiera más.
Es diferente simplemente.

Estos días tan largos y tan cortos de vacaciones, toma su guitarra con el cuaderno pautado que le regalé porque sí, -no por navidad-, y compone una canción.
Se llama "El comienzo".
Toma la pluma con la zurda y garrapatea notas que no puedo entender.
Le pregunto "¿por qué no lo haces con lápiz?

"No me voy a equivocar mamá, no es necesario" me contesta con una seguridad que le envidio a momentos.
Pero entonces recuerdo que también soy así...
Tomo uno de mis muchos papeles para escribir cartas, tomo la pluma, y con la derecha empiezo a escribir y sé que no me voy a equivocar, que no tacharé una sola palabra de mi letra de escuela de monjas.

Se ríe siempre desde el fondo del alma, con una risa que me hace estallar de emoción, y me río con él contagiada, y dejo que me abrace, porque con ese tamaño que casi es el mío, ya no lo abrazo yo, me abraza el, desde hace un par de días...

1 comentario:

TORO SALVAJE dijo...

:)

No hay abrazo mejor que ese.

Besos.