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jueves, 30 de diciembre de 2010

12

Tengo el pensamiento atorado en el 12 desde hace minutos, horas o días.

Las doce uvas, las doce campanadas, las doce de la noche, los doce minutos para las doce, los doce deseos.

Y voy de uvas a vino, no se si tomar doce copas de vino en vez de atragantarme con uvas y perderme en el camino de los deseos por pedir.

Los doce deseos son uno, y los enumero mientras veo un atardecer del agonizante 2010...

1. abrazarte desde el cuello
2. tocar tu cara con el índice derecho, lentísimo
3. inhalarte/exhalarte tántricamente
4. carcajearnos con esas historias que me cuentas en la barra de la cocina
5. sentirte con los ojos
6. dormir enredados
7. comernos otra sopa de mejillones
8. besarnos sin prisa y con pausa
9. acariciarnos con el aliento
10. ...xxx...
11. caminar juntos la calle de Donceles parando por un café con la libanesa del Café Río
12. bailar una calmadita en el...¿New Orleans?

Poco antes del atardecer. Foto: S
Todo mientras me quedo muda, sola, en el estacionamiento del súper, viendo las vías rápidas sobre mi cabeza, la bandera, los miles de coches pasar, en ésta, mi ciudad, que no es la tuya, que esta aireada, con vientos locos que no sé de dónde vienen, limpiándose de todo, para llegar renovada al 2011.

Seguro ya anotó sus doce deseos, al igual que yo...

Solo falta desearlos demasiado mientras las doce campanadas para que se cumplan, cerrando fuertísimo los ojos, con ganas de llorar de tanto deseo.
Como si tuviera...¿doce años?

1 comentario:

TORO SALVAJE dijo...

Me enterneciste con lo de tus doce años.

Va a hacer falta mucho viento para limpiar el mundo.

Ojalá se cumplan tus 12 deseos. Una y otra vez.

Feliz Año.

Besos.