Otros días decido entrar por la puerta de atrás, la del taller, en vez de la delantera, la de la recepción y oficinas.
Ayer mismo por la tarde, después de tomar un café en Loreto, crucé la calle media cuadra antes de donde normalmente lo hago.
En la mañana pude haber dicho a mi hermana que no la acompañaba al centro y me quedaba en la oficina a terminar pendientes de diez días de ausencia.
Hoy decidí no ir a nadar y tomar una tetera de té negro (hace mas de doce días que no tomaba té)
Ayer dijiste palabras y yo contesté otras cuantas, al azar.
Desatabas una tormenta y yo ponía diques para evitar que se desbordara el Atlántico.
Por la noche pude haber tomado una o varias decisiones, de hecho en un insomnio que duró lo que sigue desajustado mi cuerpo al horario de los Pirineos Aragoneses, me senté con Merlina y mientras ella ronroneaba aún tratando de perdonarme la ausencia, barajeabamos las cartas sobre la cama deshecha y calurosa.
Y hoy, en vez de bañarme para ir a primera hora a la escuela a recoger el ipod confiscado con la directora con cara de mi-hijo-no-volvera-a-sacar-el-ipod-a-deshoras, me siento a escribir, que es, a veces, lo único que me sale sin pensar, sin analizar, sin juzgar, sin miedo a reclamaciones, sin temor a equivocarme...con todo y con que a "las palabras escritas nunca se las lleva el viento..."
Y si me equivoco...
Pues empiezo el camino de nuevo, girando tal vez a la derecha, o metiendo reversa y girando media cuadra antes.
Por lo pronto, sigamos por éste camino, -que es el que conocemos y donde nos conocemos-.
Un cruce de caminos el 9 de abril. Foto S |
2 comentarios:
Panticosa me trae buenos y emotivos recuerdos.
Huesca también.
Besos.
Rocía con gasolina el pasado, espirales.
(tiene gracia que lo diga yo)
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