Te acariciaba la espalda, tu espalda que tanto me gusta recorrer de cabo a rabo.
El deseo nos inundaba los sentidos.
La oscuridad nos iluminaba los orgasmos.
Tu esencia fluía con la mía en ritmos caribeños. En abrazos que nos dábamos y que sin decirnos no queríamos que se nos acabaran...
Solo soy tuya por hoy.
Solo eres mío en el presente.
Pero al parecer, nos amamos de aquí a la eternidad y nos deseamos desde pasados inciertos.
Y no sé qué nos depara el destino.
No sé qué será de mi mañana...
Y al parecer no importa...
Solo tengo que sentir que se me sale la risa por los ojos al menos una vez al día, con eso basta...
Con eso basta mientras veo cómo se pone el sol en la oficina donde solo estoy conmigo y con nadie mas...
(mientras te deseo otra vez para susurrarte mis deseos al oído en un mañana que no sé cuándo será)
Mi puesta de sol en mi lugar de trabajo (con espirales) |
1 comentario:
Hace tiempo que ha anochecido. Leo tu voz en la ventana de una puesta de sol en otro lugar.
Con el mismo sol que se fue hace horas.
A hacer las Américas.
Es extraño. Yo lo vi hundirse en el mar.
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