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jueves, 26 de julio de 2012

Des(fase)

Ocurrió.

Estábamos juntos, pero al mismo tiempo mas separados que nunca.
Yo trataba de asirme con todas mis fuerzas a ti, y no se qué pasó.

A media mañana sentí un vacío que me desconcertó. Busqué y rebusqué dentro de mi dónde te habías metido.

Al medio día estuve ocupada y cuando me dí cuenta eran las seis de la tarde y yo estaba recorriendo las calles del centro de mi ciudad, -apenas te había pensado, apenas, y me dí cuenta de eso dando la vuelta en la esquina de la calle de Justo Sierra-.

A media conferencia me confesé en silencio con el público que me rodeaba. Les dije que no sabía por qué motivo te había perdido en algún momento a media mañana. Aparentemente había estado bien pendiente de ti todo este tiempo. Nadie me contestó, nadie me miró, mientras inquieta cruzaba y descruzaba las piernas con medias puestas.

Sabía que el psiquiatra que estaba sentado a mi lado veía mis piernas de reojo. Las sentía y las quería tocar. -no sé si las medias o mis piernas-, y por primera vez en muchos años, me dí cuenta que alguien me veía.

Pero, me veía...

Hay una sutil diferencia entre el "ver" sin itálicas y el "ver" con itálicas...

Y hay una diferencia entre sentir que alguien me "mira" sin itálicas, a cuando alguien me "mira" con itálicas...

Así que terminando la conferencia, y mientras el psiquiatra me seguía atento cargando su perfectamente doblada gabardina (estoy segura sin ser psiquiatra que sufre de "trastorno obsesivo compulsivo"),  yo soltaba unos enormes y sonoros taconazos con mis altos zapatos negros para que todos me vieran.

Quería gritarles que en efecto no te encontraba, pero también que durante algún descruce de piernas me cayó como balde de agua fría la realidad.

Tomé copas de vino mientras el psiquiatra me decía que -no podía creer cómo era que no tuviera pareja- mientras con una sonrisa yo le preguntaba por su esposa amablemente.

Seguí hablando con el mientras me daba cuenta que soy una mujer, -pero creo que me daba cuenta por primera vez en mi vida que soy una mujer- y que puede lograr lo que se me dé la gana.

El psiquiatra se despidió con un beso y un abrazo mas apretado de lo normal, yo me reía por dentro mientras le decía que diera besos a su esposa y el me contestaba al oído acosadoramente -puedes tener lo que quieras, todo es cuestión de actitud, y sabes que la tienes, solo te hace falta usarla-

Me quedé en medio del gran patio lleno de gente con una sonrisa. Mi hermano vino a mi para decirme que nos fuéramos a bailar con sus amigas y que nunca había visto al psiquiatra tan atento.

Decidí irme a bailar a mi cama, sola.
Un poco nostálgica por haberte perdido. Un poco sola. Un poco triste, un poco con ganas de llorar tantito, un poco fría y húmeda con la lluvia que no llovió ayer, un poco enojada porque te quiero pero te perdí en ese des(fase).

En algún movimiento ayer, probablemente cuando pagaba la comida en la caja del súper, un terremoto ocurrió. En ese momento se fisuró mi alma, y te escapaste por allí, y yo pagando la cuenta y firmando el voucher no me dí cuenta hasta mas tarde...

Pero mis medias decoradas ayer me dieron la fuerza que me faltaba para sentirme mas mujer que nunca, y saberme con fisuras, pero nada que no se pueda remediar con actitud.

Medias dibujadas

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