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lunes, 21 de marzo de 2011

En el sueño

En el sueño sostuve en las manos el sobre blanco.
Era tu letra, pero tenía algo distinto a lo que conozco.
Era tu letra, y era mi nombre el que estaba rotulado con negro, tinta china Pelikan, escrita con una Sheaffer antigua que quién sabe quién habrá comprado nuevecita.

No tenía timbres el sobre.
No supe qué decía por mas intentos que hice por leerla.
Porque de repente estaba sobre mi cama queriendo abrirla, pero como en todos los sueños, cosas extrañas suceden y cosas normales no puedes hacer,  por mas que lo intentes...
La carta se había caído al piso entre periódicos y fué como la descubrí.
La habías dejado para que me la entregaran en determinada fecha, por algún motivo que por ser un sueño nunca supe, pero estuve a punto de saber.

Maya estaba conmigo en la cama y quería leer la carta y yo no quería que la leyera.
Había mucho movimiento, muchos brincos, mucha gente no identificada, tal vez inventada, como en todos los sueños...

Solo sé que de repente me empecé a caer de la cama y le dije a Maya "¡dame la mano, que me estoy cayendo!", y la caida iba a ser larga, como de montaña rusa, como en esos sueños en los que se supone que se rompe un pedazo de ese hilo de oro que une a tu alma con tu cuerpo, a tu conciencia con tu sueño...

Maya no me daba la mano...todo lo contrario, me empujaba riéndose.

Amaneció y la primavera con su primer día me aventó olor a naranjo en un árbol que no había visto, con sol y con función de cine matutina, y en algún momento le llamé...

Como siempre, feliz y risueña, alegre, inocente y con timbres eternos de euforia y distracción desde que tengo memoria me contestó.

Y le dije: "Eres una cabrona. Soñé contigo, me iba a caer de la cama en el sueño y me empujaste...que poca madre tienes".

Se rió. Me reí como siempre me río con mi hermana.

Quiso saber todos, absolutamente todos los detalles del sueño, para efectivamente decirme después de un análisis exhaustivo: "si...qué cabrona soy ¿verdad?"

Y al colgar, me entró la duda si en realidad o en sueño me caí de la cama...

Lo que si sé es que como todos los días revisé el cajón de mi buzón, y solo había un aviso de Hacienda para alguien que ya no vive en el departamento 25, mismo que puse con el "junk mail" para el cartero, pero el de verdad, el de papel y tinta, no el virtual como el de los emails.

Hubiera jurado que además de caerme de la cama, iba a recibir tu carta, la que desde Navidad no llega.
(Pinche Santa Claus, se la debe haber robado, por eso soy orgullosamente grinch).

Maya y yo

2 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

No puedo con esas fotos.
Me enternecen tanto...

Besos.

Espera a la primavera, B... dijo...

Me quedo contigo, si no te importa, prometo no molestar.

Hacía mucho tiempo que no entraba en un blog que me inspirara tanta cercanía.