Las veo mientras manejo por las calles, vinen en el mismo coche, van supuestamente atentos al frente y no cruzan miradas ni por equivocación, están a menos de treinta centimetros de distancia pero con un abismo así de angosto y tan profundo que acaba en el corazón de la tierra.
Algunas se despiden con un beso que mas bien parece un despectivo escupitajo.
Otras comen en un restaurante perdidos en sus sms, no brindan con sus copas, no comparten postres ni platillos principales.
Las hay que cada noche se acuestan juntos como si fuese una maldición. Una pena por purgar en un infierno que se llama colchón por un pecado que no tiene nombre.
Varias han olvidado los tequieros por no hablar de los teamos. Los tedeseos parecen jamás haber existido.
Hacerelamor pasó a un quéhayparacenar con gesto transparente e inexpresivo.
Existen parejas que desconocen el motivo por el que ahora están juntas. Han pasado tantas cosas, tanto tiempo o tan poco tiempo que lo han olvidado.
Y yo, envidio a cada una de ellas.
Envidio el que se puedan tocar, que puedan beber vino juntos, que puedan ir al cine juntos.
Porque cada noche que me acuesto en la cama, que está igual de vacía que la de ellos, te invento en ella y desde mi almohada, en la mente te platico mi día hasta que me quedo dormida.
Porque manejo por esta inmensa ciudad y pongo el CD que escuchábamos y canto como si me pudieras oír.
Porque te siento, pero no te toco.
Pero hay días que la ausencia duele mas que el dolor de un amor no correspondido a los quince años.
O mas que la de un corazón roto.
Dicen que a “todo se acostumbra uno”…yo no me acostumbro a la ausencia.
Y por eso recuerdo a cada momento que me dices que durante tus días me llevas cosida a la bolsa del lado izquierdo de tu camisa, al lado de tu corazón.
Y por eso trato de sentir que durante mis largas horas y eternos kilómetros sobre esta selva de asfalto, vas con tu mano izquierda sobre mi muslo derecho, tal y como lo haces cuando eres mi copiloto.
Y por eso imagino que estamos una y otra vez en esa banca, en ese parque, en ese pueblo, en medio de la Sierra Madre muslo-a-muslo.
Jalpan de Serra, Foto S |
2 comentarios:
Mejor hablamos de todo esto mañana por la tarde, después de comer con Luis aka El Piraña
Es duro pero las parejas que sobreviven muchos años no es porque se amen, eso ya murió, sino porque se soportan como pueden hasta que llegue la muerte.
Besos.
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