Mis favoritos

lunes, 8 de noviembre de 2010

Cambios climáticos

La pared blanca dando vueltas. Foto S
A veces pasa y no nos damos cuenta.
Y cuesta, es por eso que nos damos cuenta.
Y duele, y es por eso que nos cuesta.

Pareciera que con estos cambios climáticos las cosas empezaron a cambiar.
Empezó a hacer mas frío y me empecé a sentir un poco débil.
Desacompasada y medio desacompañada...
Y no es porque no tenga a nadie a mi lado fisicamente hablando, espiritualmente, en forma de alma gemela existe, y en forma de alma siamesa aún mas presente.

Es solo que los cambios nos llevan de nuevo a los orígenes.
Los cambios nos descomponen momentaneamente, nos hacen vulnerables.
Nos debilitan un poco. Nos enojan. Nos entristecen y hasta nos enmudecen y borran la sonrisa del susto.

Como cuando a un niño pequeño lo cambian de escuela, o tiene un hermanito, o se muda de casa, o deja el pañal...
Todos compadecemos a la pobre criatura, y la abrazamos y la consentimos...
Está en un cambio, y no sabe cómo explicarlo.
Solo llora, berrea, o se queda sin balbuceos...

Pues hoy me dí cuenta que estoy en uno de esos cambios.

Tengo que empezar a compartir.
Compartir a mis hijos con una mujer que no es su madre, pero que será su amiga.
Que no es elegida por ellos, pero si por su padre.
Alguien con quien mis hijos se harán graciosos y tratarán de caer bien.

Y yo, tengo que prestarlos...

Y me cuesta.
Me cuesta no querer acapararlos y abrazarlos y tener que soltarlos un poquitito para que la enamorada de su padre conviva con ellos...

Y me siento como una criatura de tres años que no quiere prestar sus juguetes.
Que no quiere compartir.

Me siento atrapada en una espiral, en una de las mías, rumiando mis celos por mis dos hombres, teniendo que aprender a soltarlos, sin saber cómo...

Y lo único que quiero hoy, es que la luna me guiñe un ojo, que alguien me abrace, me acune, y me diga que todo va a estar bien...
Que mis hijos, siempre van a ser mis hijos, y que no me va a pasar nada por prestarlos en ratitos de sus vidas y de la mía...

Eso es lo único que necesito, mientras doy vueltas en mi espiral, y veo como dan vueltas las paredes blancas de mi casa y trato de acunarme yo sola...y no puedo.

No hay comentarios: