Porque a veces pasa así.
Duermo mal, toda la noche sueño con gatos nuevamente, y es mentira, es una sola y se llama Merlina que no deja de querer,-como siempre-, estar tocándome la piel con sus manitas. Rozándo sus bigotes en mi cara. Encimándose en mi.
Pero además duermo revuelta entre sábanas y almohadas.
Por increíble que parezca, duermo sin camisón, con pijama de pantalón y el mismo pantalón se me enreda y la blusa de manga larga tiene media vuelta.
Y así pasa la noche que debía ser mas larga por la hora de más y no pasa así.
Me despierto por décima vez a las cinco y ya no puedo dormir mas aunque me siento cansada de dar vueltas.
Seis y veinte me estoy bañando.
Y como amanecen los días que amanecen de malas, todo sale mal.
No me gusta lo que me pongo.
No encuentro el collar que quiero ponerme.
Se me cae la pulsera que me regaló mi hermano y se parte en dos.
Me sale un grano.
Tengo hambre, y me doy cuenta que toda la noche tuve hambre.
Tengo sed y no tomé el agua que puse en mi buró.
Me cambio dos veces de ropa.
Necesito unos zapatos negros sin tacón.
Y salgo.
Ahora, trabajando en un día donde parece que nadie mas está trabajando, parece que ya no está tan de malas el lunes.
El primer lunes del onceavo mes del año.
Pinche lunes, desenfádate de una vez...que no me gusta cuando estás de malas.
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