Haciendo abstracciones y disecciones a mi alma llegué a un momento en el que no supe cómo juntar de nuevo todos esos pedacitos…
Olvidé el sistema aprendido para armar rompecabezas (ningún rompecabezas tiene instrucciones hasta donde recuerdo)
Y entonces, al no tener una mejor idea, d ecidí empezar a comerme todos esos pedacitos…
Saben rico.
Saben amargo, saben dulce, saben ácido, los hay fermentados, empalagosos, picantes e insípidos.
Comencé a indigestarme y hasta vomité.
Ayer me dolió la panza todo el día.
Pero hoy no.
Puedo hacer lo que se me dé la gana con ellos: dejarlos al sereno en la cocina, congelarlos, hornearlos, y hasta comerlos crudos o quemados.
2 comentarios:
No estaría mal que lo hicieras.
Y nacer de nuevo hoy.
Besos.
La mente no puede pero quizas el cuerpo si pueda armar rompecabezas... (vomitar piezas y explorar el sentido de su caída: quizas ahi esta el secreto)
mi beso
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