No tuve la casa que alguna vez soñé, -pequeña, huerto vertical en la azotea, cocina con muebles rojos, estudio con un futón enorme y un ventanal inmenso con vistas al infinito-, y entonces decidí cambiar ese sueño por algún acto simple, cotidiano,...como...hacer los crucigramas y el sudoku en lugar de ver el Aviso Oportuno.
Un día me nacieron dos hombres que ahora son mas altos que yo, y olvidé soñar que siempre quise una niña a quien hacerle trenzas.
A esa niña la cambié por mi sobrina ahijada, -aunque pocas veces le he hecho trenzas-, prefiero abrazarla y perderme en sus ojos castaños y brillantísimos mientras ella se pierde en los míos y me dice tantas veces: "tus ojos tienen muchos colores", mientras yo le digo al oido: "te adoro".
No recuerdo la razón por la que entré a la Facultad de Derecho, pero si sé que jamás ejercí. Tampoco sé cómo acabé en un negocio familiar, de artistas, cuando no tengo en ninguna venita sangre de artista.
Un día me casé y mientras decía a mis veintidos años "si, acepto...bla bla bla bla..." pensaba en la fiesta que habría dos horas después y que seguro me veía espectacular con ese vestido tan noventero.
Nunca imaginé ese día que ese juramento lo rompería años después cuando decidí no seguir aceptando nada y dejando todo al salirme por la puerta. Todo.
Todo, excepto dos niños que son mas altos que yo. Y me llevé a mi misma también.
En realidad, me fuí con todo.
Hace unos meses contacté al taller de cerámica que me recomendó mi hermano, -el que si es artista-, porque tenía ganas de hacer un florero y un platón. No he tomado una sola clase de las cuatro que dura el curso. Este es un asunto planeado a medias que definitivamente si quiero llevar a cabo.
Para mi entrada a los cuarentas, por años hice un solo plan: ir a ver auroras boreales...
Anoche las vi en Youtube y me parecieron geniales.
No sé, nunca sé, que pasará cuando me levanto todas las mañanas.
Nunca quiero imaginar que pasará. No hago el menor esfuerzo.
No planeo mas que lo obligatorio.
Fuera de eso, el día, la vida, me puede llevar por donde quiera.
A donde quiera.
Que a la vuelta de la esquina no sé con qué me toparé.
Y sobre lo que no sé...
Pues en realidad, a mis casi cuarentayuno, no sé nada sobre nada.
Me consta que tengo sombra, foto S |
1 comentario:
Está bien que te sorprenda el día.
Es casi un lujo.
Yo en cambio lo tengo todo previsto.
Y es muy aburrido.
Besos.
Publicar un comentario