Hay palabras que suenan a música y se escriben como tatuajes. Se ven como paisajes y se sienten como clavado en el agua. Se miran diferente a otras, saben a chocolate o a vino tinto. Se oyen como declaraciones perversas de amor y se tocan como arena del mar.
Algunas que cumplen con algunas de éstas descripciones, en singulares, plurales, sustantivos, verbos, algunas en pares o dispares, lenguas extrañas y extranjeras y muchos etcéteras:
Espiral, granada, rayo, inasible, sauce, cúmulo, tormenta, horizonte, trastocado, erótico, cacao, selva, arrayán, arpa, libélula, esfera, susurro, albahaca, hechizo, ceremonia, sensual, microscópico, arrobada, fractura, encanto, berenjena, labios, cúspide, serpenteante, deseo, ombligo, escape, penumbra, aurora (boreal), guiño, paliacate, orquidea, surrealista, delirio, delirium tremens, infinito, envolver, me & you, todos y nadas, mar-abierto, cielo-encapotado, clavícula, fin-del-mundo, chambor, tiempo y destiempo, atonement, luna-lunera, granero, tierra-mojada, azafrán, desenamoramiento, namasté, virgin, arrebato, sausage, berrinche, re-loaded, akna, mis-tus-nos, tinta china, cerezo japonés, solsticio, azahar, seaweed, orgásmico-pornográfico-cósmico, barroco, centro-del-universo, mascada...
Acción armada de palabras sueltas:
Suspiro, sueño, insomnio, mirada, toque, energía, tacto, sentir, arrebato, pasión, profundidad, cúspide, suspiro, abrazo, profundidad, mirada, beso, lengua, secreto-al-oído, caricia, saborear, soltar, suspiro, dormir, soñar, abrazar.
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