La primera vez que sentí que las palabras me explotarían dentro si no las decía, fué en segundo de secundaria.
Estábamos en la aburridísima clase de historia. Viendo historia de Europa.
Somnífero de clase. Era después de recreo, y mi banca estaba del lado de la pared, no de la ventana que daba a Tlacoquemécatl. Sin sol, sin aire.
Seguro era casi fin de año, porque íbamos con uniforme de verano, que no era mas que el uniforme de deportes todos los días, pero por unos meses podíamos deshacernos del uniforme azul marino que tenía cuello y puños de plástico que daban un calor infernal.
La lectura del libro empezaba a hablar de Oliverio Cromwell y de cómo el "conquistó" buenamente a los irlandeses...
Y entonces sentí como dentro de mi empezaba a crecer un encabronamiento mayúsculo. Y literamente me empecé a enredar en el uniforme de verano y en la banca verde. Hasta que levanté la mano, y creo que la que más se sorprendió fué la maestra de que alguien participara cuando le dije que todo eso era una mentira, que Olivero había sido un hijodeputa con los irlandeses (no con esas palabras, me hubieran corrido las monjas de la escuela y mandado al infierno con pase automático)...
Lo que si logré fue ponerme roja. Que se me atoraran un poco las palabras nerviosas en la garganta, pero que salieran casi a borbotones, explotando con la ira que sentía dentro.
Y que la maestra dijera: "te felicito, estas excenta este bimestre"...
Y esa fué la primera vez, gracias a Oliverio, que sentí que no podía callar las palabras.
Habladas, pero las más, escritas...
Y sentir un equilibrio y paz descomunal, directamente proporcional al enojo que había sentido segundos antes...
Lo mismo me pasa a veces contigo.
Digo que no te escribo, y todo el día te estoy escribiendo: en el aire, en la tierra, con las hojas, con las nubes, y ni hablar de la luna...Con la luna armo palabras tan mágicas que ni yo me las creo...
En algún momento te me salí del huacal, del control, pero eso no es lo peor...
Es que yo me salí sin darme cuenta, sin previo aviso...y me encontré in the middle of nowhere, frightened and alone, just trying to fix my mind, my body and my soul...
Y todo se resume a una pregunta...
¿por qué me cuesta tanto sacarte, a ti, junto con todos tus nombres de mi?
Podría hacerme a la idea que estás perdidamente enamorado de una princesa que intenta ser petulante...
Podría...
Si tan solo pudiera...
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